Ve despacio.
Si no logras recordar nada más, que sea esto.
Si te piensas que estás yendo despacio, desacelera. Demorarse también permite que te concentres en la técnica y en como se pueda sentir la persona. Este es el secreto para un masaje sensual.
Es una corrida de fondo, no un sprint.
Si lo que deseas es que la persona quede rendida sexualmente, en un masaje de cuerpo entero debes reservar al menos una hora. En el caso de que sean tan solo pies y espalda, 30 minutos hacen maravillas.
Empieza siempre con un toque suave y amable.
No hay nada que pueda incomodar más que el que se piense que se trata de un masajista que se sobrepase.
Solo se puede incrementar la presión una vez que el cuerpo empiece a estimularse y que al mismo tiempo se perciba la relajación.
Reparte por igual.
No le dediques 5 minutos a una pierna y en cambio 1, a otra. Distribuye equitativamente tu atención.
Préstale atención.
Si te parece que la persona esté disfrutando, sigue: Pero si lo que notas es que tuerce la cara o que se aleja de tus manos, cambia tu proceder. Y no tengas miedo de preguntarle si le está gustando o que quiere que hagas.
Primero, calienta el aceite.
Nunca apliques aceite de masaje directamente sobre la piel. Primero, deja que el calor natural de tus manos lo caliente, y, a continuación distribúyelo uniformemente por la parte del cuerpo que vayas a masajear.
Dedica tiempo a lo que hayas pasado por alto.
Un masaje en el cuero cabelludo, lóbulos de las orejas, parte anterior de la rodilla o en torno a la rótula, muñecas, maxilares, sien, entre otras, puede resultar de lo más agradable.
Además de saber lo que hacer, demuestra que prestas atención a los detalles.
Claro, hazle un masaje en el cuero cabelludo antes de aplicar el aceite en tus manos.
La secuencia del masaje.
Espalda, cuello y parte anterior de las piernas. Girar. Parte frontal de las piernas, pues, brazos, manos, senos, pecho y finalmente los genitales. Puedes hasta provocar un poco, acercándote a la zona erógena, pero sin tocar directamente.
Durante un masaje romántico, no te olvides de añadir abundantemente besos y palabras dulces y de premiar aquellas parte que le gustan a la persona.
El final feliz opcional para ellas.
Empieza por masajear la zona que rodea los labios. Aplica una presión especial sobre el clítoris y otras partes también sensibles. Empieza a acariciar los labios menores. Con la otra mano, acaricia otras zonas erógenas – lo mismo vale para besos y lengua.
Intensifica gradualmente la estimulación del clitoris, y, si ella desea penetración, desliza dos dedos en la vagina y empieza a masajear el punto G, si a ella le gusta.
Déjala terminar con un orgasmo (o dos) y deja que se relaje a su ritmo.
El final feliz opcional para ellos.
Se aplican los mismos preliminares: no vayas directamente a su miembro. Hazle un masaje alrededor de las ingles, de los testículos y del perineo (entre el testículo y el ano). Si le gusta la estimulación anal, provócale con toques alrededor del ano.
En cuanto al falo, enrolla la mano alrededor de la base y empuja suavemente en dirección a la punta. Cambia de mano de vez en cuando. Si él estuviese muy erecto, invierte el movimiento del glande a la base.
Mantén una mano en el pene y con la otra hazle un masaje suave en el perineo, esto hará que su orgasmo sea más potente.
Si lo vieses listo para el orgasmo, pero prefiere retrasarlo, dile que respire hondo y desacelera la masturbación. Pero si ves que llega su momento álgido, elige un movimiento que le guste y estimúlale hasta el final. No cambies en medio del orgasmo para no arriesgar con la pérdida de goce apoteótico.
Y, para terminar por todo lo grande: ¡los mejores finales llegan con besos salados!
¡Feliz Año Nuevo 2020 del equipo ApartadoX!
**Este texto no refleja, necesariamente, la opinión de ApartadoX.
