in

La Playa del Deseo – Capítulo Final

Sexo na Praia dos Prazeres, Capítulo Final

«…me he ido… no puedo más», farfulló él.

«Oh, estoy seguro de que puedes hacerlo…» bromeó, mientras ella bajaba lentamente la cadera, girándose hasta que su aterciopelada y reluciente grieta pudiese encontrar la parte inferior de su palo a media asta.

«Pero es que…» objetaba él, pero su pilar de placer se erguía majestuosamente ya.

«Sabía que podías hacerlo…» deslizando sus caderas hacia adelante, moliendo su jugosa grieta a lolargo de toda la extensión de su palo, abrillantándolo con néctar. Lentamente, levantó sus caderas, y deslizó su mano hacia abajo para agarrar el miembro alrededor de la base, apuntando a su sediento sexo. Lentamente, se dejó caer sobre la punta hasta sentirlo, aguantando la penetración hasta que sus grandes labios se separasen, perturbándolo.

El sordo sonido del súbito desliz se desencandenó cuando las paredes húmedas engulleron el glande, enterrándose en la suave vulva como la seda, encharcada y caliente.

«Me encanta el momento en el que te montas sobre mí…»

Se inclinó hacia adelante, con los voluminosos senos colgando sobre él.

«… pero quedo loca con lo que viene a continuación.»

Esgrimía ávidamente sus voluminosas y redondeadas caderas y suculentos glúteos contra el palo duro como el acero hasta alcanzar sus rollizas bolas, mientras sus aventajados y cremosos muslos golpeaban de forma audible en su regazo.  Ella se erguía sobre su mástil, centímetro a centímetro, sus paredes internas se agarraban hambrientas mientras él se deslizaba hacia fuera de ella, hasta que tan solo la vibrante punta del glande permanecía dentro de ella. Y, entonces, se dejaba caer de forma repentina sobre él, empalándose con el mástil al son de sus muslos y nalgas golpeándose rítmicamente contra él llenando la neblina matinal.

Él no podía más, un único impulso final señaló el final de sus frenéticas embestidas, clavándose lo más hondo posible dentro de su sedoso sexo. Lo besó sentidamente mientras su escroto se encogía contra la base de su miembro viril, latiendo desenfrenado, colisionando en las profundidades de su ser…

Ella gimió bajo sus labios, su cuerpo se estremecía, sus paredes íntimas temblaban alrededor del palo de su chico, contrayéndose, apretando cada vez con más fuerza.

Él se corrió con todas sus fuerzas. Un chorro de nata blanca se derramó en su fruto, hartando su vulva aterciopelada con una espesa capa de deliciosa crema. Ella soltó su frenesí vigorosamente sobre él, gimiendo de forma incontrolada cuando ella se corrió, en espasmos descontrolados, chorreando su ferviente savia sobre su palo. Con cada chorro de su esperma, la tensión en su cuerpo disminuía, su espalda se relajaba hasta permanecer quieto, su sexo vibrando desatado dentro de ella, mientras forzaba las últimas gotas de semen.

Ella se soltó, acostándose a su lado, los dos jadeando, sin palabras, en un momento de eterna quietud.

«Ha sido… increíble», exclamó jadeante, mirándola fijamente a los ojos, maravillado con la visión de ambos, desnudos y satisfechos.

Y la neblina matinal se disipaba paulatinamente en esta agradable playa…

**Este texto no refleja, necesariamente, la opinión de ApartadoX.

Fetiche y Fantasía - Breve Glosario

Fetiche y Fantasía – Breve Glosario

Sexo y Alma: su primera lección tántrica

Sexo y Alma: su primera lección tántrica